SALUD Y INTERES GENERAL

¡Los más buscados! Los champiñones cuidan el cerebro y evitan la demencia senil

Las personas mayores que consumen 300gr a la semana de este alimento, reducen el riesgo de sufrir deterioro cognitivo leve.

  • 27/12/2019 • 19:28

Los investigadores del Departamento de Medicina Fisológica y del Departamento de Bioquímica de la Yong Loo Lin School of Medicine de la Universidad Nacional de Singapur confirmaron que los champiñones cuidan el cerebro.

El estudio se realizó entre 2011 y 2017 con más de 600 pacientes chinos mayores de 60 años, a quienes se tomaron medidas de tensión arterial, peso, altura, fuerza de agarre y velocidad al paso, niveles de cognición, depresión y ansiedad. El profesor Lei Feng aseguró: "Esta correlación sorprende y anima. Parece ser que un ingrediente accesible tiene un efecto dramático a la hora de frenar el declive cognitivo".

El champiñón común tiene un sabor neutro y delicado, con un aroma ligeramente nogado en los ejemplares más maduros. Es popular en gastronomía y de escaso rendimiento calórico, conteniendo alrededor de 20 kcal cada 100 gramos. Es relativamente rico en fibra alimentaria, así como en vitamina B6, vitamina C, vitamina D, potasio y niacina.

"La gente que sufre MCI sigue con su vida corriente. Lo que teníamos que determinar era si estos mayores tenían resultados peores en los tests neuropsicológicos que gente de su misma edad y formación. Estas pruebas están diseñadas específicamente para medir los distintos aspectos de la capacidad cognitiva de una persona", comentó Leng.

"El champiñón tiene ergotioneina. Se trata de un antioxidante único y antiinflamatorio que los humanos no pueden sintetizar por sí solos, pero que puede obtenerse por vía dietaria y del cual los champiñones son la principal fuente", explica el Dr. Irwin Cheah, bioquímico jefe.

El champiñón tiene un sombrero redondeado y ligeramente aplanado en la parte superior. Durante su crecimiento este sombrero está unido al pie por un anillo simple, es decir vuelto sólo hacia la base. Hacia el final de su desarrollo se abre, exponiendo las laminillas típicas de las agaricáceas. Estas laminillas no están sujetas al pie, y cambian gradualmente de un color rosado a pardo oscuro. El sombrero puede alcanzar los 18 cm de diámetro, y el pie hasta 8 cm de largo y 3 cm de diámetro